
Ethan en La Muralla Roja (Calpe)
Hay toda una paradoja en esta parte del mundo donde vivo. Por un lado, vivir en el lago es una forma de vida. Muchos habitantes del medio oeste y Hoosiers (la gente de Indiana) poseen casas en el lago como segundas residencias. Deportes acuáticos y la pesca es parte de la diversión y de la vida cotidiana. En cambio, solo en los últimos meses he podido encontrar pescado entero en la pescadería o en los supermercados.
Durante mucho tiempo (y he hablado de esto extensamente a lo largo de este blog) ni siquiera pude encontrar camarones con la cabeza puesta. Todos los camarones que encontré no tenían cabeza. En cuanto al pescado, olvídate de buscar cualquier variedad que no esté ya preparada en filetes. ¿Cómo se podría hacer un buen caldo de pescado en estas circunstancias?

El Peñón de Ifach en un día nublado

ricardo bofill arquitectura

Vista del Peñón de Ifach desde La Manzanera (Calpe)

El complejo de apartamentos Xanadú, del arquitecto Ricardo Bofill en Calpe


El primer cambio en su paradigma vino con la disponibilidad de langostinos enteros, y más recientemente, branzinos enteros han hecho su aparición en los mercados. No puedo estar más agradecida por ello, y aunque no tenemos la variedad de pescado que encuentro en mi casa de Valencia (y nunca me lo esperaré, dado que vivimos en medio del campo, en medio de la continente) Aprovecho al máximo las pocas variedades que puedo encontrar.


Paella de marisco al El Cranc (Altea)

El Peñón de Ifach en un día nublado

Paseando por las calles de Altea

Arroz negro en restaurante El Cranc

Tostadores de Café D’Origen en Albir


Interior de Nuestra Señora de la Consolación en Altea (Alicante)

Tostadores de Café D’Origen, Albir


La vista de Calpe desde Altea

Posando… o no




Branzino es un pescado que he llegado a amar, uno que descubrí mientras preparaba el menú para Diplomacia Culinaria España en Joseph Decuis (puedes leer más sobre este evento aquí) con el chef Marcus. Su delicada carne es del agrado de todos, y si uno puede mirar más allá de la cabeza, la cola y el hueso, el branzino es la comida más deliciosa que pueda encontrar.
¿Mencioné que es muy fácil de hacer? Como casi todo lo que va al horno, el branzino entero horneado se prepara en un abrir y cerrar de ojos. Hable sobre las buenas proteínas y grasas saludables del pescado y del aceite de oliva en el plato. Esto es empezar el nuevo año con el pie derecho.


Las fotos que acompañan este post tenían que ser costeras, y los pueblos de Calpe y Altea, en la provincia de Alicante, muy cerca de mi ciudad natal y donde pasé muchos veranos con mi familia cuando era niño, me pareció muy apropiado. Un día disfrutado con mis hijos, hermana y sobrinos, paseando por sus calles, disfrutando de su comida, admirando la arquitectura y las impresionantes vistas al mar y la naturaleza de uno de los lugares más bonitos de España. La Muralla Roja y Xanadú en el cala la manzanera en Calpe, del español arquitecto estrella Ricardo Bofill, estaban en la lista de visitas obligadas para el futuro arquitecto Ethan Anderson. En la lista de Matthew, café en Tostadores de café D’Origen, recomendado por uno de sus amigos ciclistas californianos. Y sobre Paula y mi lista, almuerzo en restaurante El Cranc en Altea.
Para saber más sobre estos dos preciosos pueblos costeros puedes consultar aquí (Calpe) y aquí (Altea).
BRANZINO ENTERO AL HORNO
Brancino o lubina al horno
- 2 branzinos frescos
- 2 limones
- ramitas de tomillo fresco
- 1 cabeza de ajo
- 1/3 taza aceite de oliva
- 1/2 cucharadita sal
- 1/2 cucharadita pimienta recién molida
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Precaliente el horno a 450ºF.
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Limpiar el branzino: con unas tijeras para pescado, quitar todas las aletas del pescado. Con un cuchillo de mantequilla, raspa las escamas de pescado. Enjuague bien el pescado y séquelo con toallas de papel.
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Coloque los branzinos limpios en una bandeja de horno forrada con papel pergamino.
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Corta 1 1/2 limones en rodajas finas de 1/4 de pulgada. Pelar y cortar los dientes de ajo en rodajas finas.
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Abre los branzinos y sazónalos con sal y pimienta. Coloque la mitad de las rodajas de limón dentro de los branzinos, superponiéndolas ligeramente. Coloque unas ramitas de tomillo sobre las rodajas de limón, luego esparza la mitad de las rodajas de ajo. Cierra el pescado y rocía con un poco de aceite de oliva.
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Coloque la bandeja en el horno y hornee durante 15 a 20 minutos.
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Mientras tanto, saltee las láminas de ajo restantes en aceite de oliva a fuego medio-bajo, retírelas del aceite cuando estén blandas y doradas (¡asegúrese de que no se doren!)
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Retire el pescado del horno y esparza las láminas de ajo y el aceite en el que se cocinó sobre el pescado.
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Para servir, abre el pescado con cuidado y retira la espina central, que saldrá con la cabeza adherida. Emplatar los filetes con algunas de las rodajas de ajo y rodajas de limón, asegurándose de rociar un poco del sabroso jugo de aceite de oliva. Opcional: añadir un chorrito de limón.